Libros, Sueños de piedra

Sueños de piedra: Fragmento

¡Hola a todos, cuentistas, una semana más! Pese a que la semana pasada tocaba subir alguna novedad a estos lares, nos fue imposible porque estábamos pasando unos días en el Celsius 232. Pronto compartiremos con vosotros una crónica de nuestra experiencia por allí, pero ya os adelantamos que lo pasamos muy bien y os agradecemos un montón a los que estuvisteis por allí que pasarais por nuestro encuentro y nuestra posterior firma. ¡Fue genial compartir un buen rato entre lectores y amigos!

Hoy estamos aquí para compartir con vosotros algo más de Sueños de piedra. Ya ha empezado agosto, por lo que oficialmente podemos decir que la novela saldrá el mes que viene (21 de septiembre, recordad). ¡No queda nada! Estamos muy nerviosas y emocionadas al respecto. Esperamos que esta nueva historia os guste y que lo paséis tan bien leyéndola como nosotras escribiéndola.

Precisamente con pasarlo bien escribiendo tiene que ver esta entrada. Hace un tiempo, Marta Montell, a quien ya conocéis por estos lares, nos dijo que si queríamos que ilustrara alguna de las escenas de la novela, solo teníamos que indicar cuál y ella la haría. Aunque dudamos mucho, hay una escena en particular que es de nuestras favoritas por varias razones, una de ellas porque disfrutamos mucho al escribirla. No es la que más nos gusta de toda la novela, pero sí una de las que más queríamos ver representadas y que nos parecía que daba más juego a nivel visual. Se la pedimos, e hizo esta maravillosa ilustración:

Lynnael
Arthmael de Silfos y Lynne

¿Qué os parece? A nosotras nos encanta. Y hoy os traemos un fragmentito muy pequeño (para evitar spoilers grandes) de la escena que ilustra el dibujo. ¿Tenéis ganas? Aquí lo dejamos. ¡Esperamos que os guste!

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—¿No puedes aceptar mis disculpas y callar? —Masculla él, y me parece que también hay rubor en su cara—. No lo estoy haciendo por deberte nada, y lo sabes… —Lo sé, pero sería más fácil fingir que sí—. ¡Aunque no te voy a pedir perdón por haberte tocado el culo! Lo tienes muy bien puesto, no me arrepiento de nada.

Enrojezco algo más, aunque esta vez ni siquiera sé por qué. Como si a estas alturas algo así pudiera escandalizarme. Alzo la pierna para apoyar mi bota en su pecho, aprisionándole contra la pared como si así pretendiera alejarlo de mí todo lo posible.

—Mi culo ni mirarlo.

Hay un brillo en los ojos grises de mi compañero que recompone su sonrisa de siempre y casi parece aliviado. Su mano, contra todo pronóstico, me coge del talón y tira de mí con seguridad. Me arrastra sin que yo pueda evitarlo, acercándome a él. Como si quisiera eliminar toda la distancia que yo trato de imponer entre nosotros. Cojo aire cuando me encuentro más cerca de él de lo que me gustaría. Sus dedos siguen en mi tobillo, mi pierna cerca de su cuerpo y sus ojos se clavan en los míos con picardía.

—Si eso es lo que quieres, no vas a poder volver a darme la espalda.

Como si de pronto me sintiera en peligro, el pulso se me acelera un poco, pero enarco las cejas con aparente indiferencia.

—Me lo pones complicado si sigues siendo tan insufrible…

Arthmael se inclina un poco sobre mí y yo me tenso, mirándolo. Está cerca. Está muy cerca. Demasiado cerca. ¿Por qué está tan cerca?

—Admite que esto te divierte tanto como a mí —susurra como si fuera un secreto. De hecho, pensé que lo era. Pero un secreto sólo mío—. Te he visto sonreír, muchacha de hielo…

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Y hasta aquí, que si no os enseñamos demasiado 😉 Como siempre, podéis dejarnos vuestras impresiones usando el hashtag #SueñosDePiedra en las redes sociales o en los comentarios. Sabéis que nos encanta conocer vuestra opinión 🙂

Dicho esto… ¡nos despedimos hasta la próxima! ¡Gracias por seguir ahí! ❤