Ladrones de libertad, Libros, Marabilia

Ladrones de libertad: Geraint y Kaylen de Dahes

¡Nuevo lunes! Y como prometimos, cada lunes toca algo nuevo de Ladrones de libertad… y seguimos con los personajes. Esta vez, nos alejamos de la tripulación pirata y miramos a la realeza. De momento, quienes habéis leído ya Sueños de piedra Títeres de la magia conocéis a varias personas de la realeza de Marabilia: Arthmael de Silfos (y su hermanastro Jacques), Ivy de Dione, se ha mencionado incluso a Fausto de Granth… Pero ¿y en Dahes, quién tiene el poder? ¿Quién ha cogido a los piratas del Angelique?

Aquí tenéis la respuesta:

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Geraint y Kaylen de Dahes, por Lehanan Aida.

Uno de los retratos que cuelga de las paredes del austero castillo que corona la ciudad de Zanna es este, el del actual rey, Su Majestad Geraint de Dahes, y su alteza real, Kaylen. Por supuesto, todas las gentes han oído hablar de Geraint, en algunos reinos mejor que en otros: se dice que es un monarca severo, que castiga con mano de hierro y lleva su reino con calculadora precisión. Se cuenta que no está muy contento con los negocios del Taller, que crecen a pasos agigantados y de los que él no es partícipe.

Sin embargo, poco se sabe de quien algún día heredará la corona de su padre. Solo la corte de nobles ha visto a quien describen como alguien que no acostumbra a las apariciones en sociedad y que no gusta de hablar demasiado. Pero quizá las cosas cambien cuando se case. En todos los puertos se habla ya del contrato matrimonial que unirá a Ivy de Dione y Kaylen de Dahes en primavera, lo que supone que algún día la pareja reinará no sobre uno, sino sobre dos países. Un enlace que podría cambiar el rumbo de la historia y que el rey de Dahes lleva mucho tiempo esperando, pues promete la expansión de sus negocios y, con el tiempo, de su territorio…

Pero ¿qué tiene que ver una tripulación de piratas con todo esto? Si queréis encontrar la respuesta a esta pregunta, así como saber más cosas de estos nuevos personajes, tendréis que esperar a que Ladrones de libertad vea la luz. Por el momento solo podemos dejaros con un extracto de la primera aparición de la familia real ante los piratas, narrado por Nadim.

 

—Estos son, Majestad. Alteza.

Así que han traído hasta aquí al rey y al príncipe de Dahes. Parpadeo varias veces para acostumbrarme a la nueva iluminación, intrigado. ¿Tú no lo estarías? No todos los días se está ante uno de los gobernantes de Marabilia. Siento curiosidad por saber si es todo lo impasible que afirman, si parece tan poderoso…, pero es sólo un hombre. Con porte, si quieres considerarlo así, y por descontado que no nos mira con misericordia, ni a nosotros ni al resto de la tripulación, porque se pasea por las celdas con parsimonia, con pasos calmados. Supongo que su fría tranquilidad es lo que le ha dado cierta fama de temible, pero es sólo alguien que tuvo la suerte o la desgracia de nacer con una corona destinada a su cabeza. ¿Tú qué piensas? ¿Suerte? ¿Desgracia? Su hijo parece creer lo segundo. Puede que no de nacer como príncipe, pero desde luego debe de estar maldiciendo tener que estar aquí. Él no sigue a su padre en su paseo, sino que se queda frente a nuestros barrotes. Si el rey de Dahes es sólo un hombre, él es apenas un muchacho: sus manos se cierran con nerviosismo, aunque intenta mantener la cabeza alta y mirar con la misma indiferencia que su padre. No lo conseguiría ni aunque lo intentase durante horas. Sus ojos, en realidad, repasan lo que le rodea sin fiarse de nada. Su nariz se arruga, con toda probabilidad desagradado por el olor de las mazmorras.

No tengo ninguna duda de que te reirías de él.

Los pasos del rey vuelven a nuestra celda. Sus ojos se encuentran un segundo con los míos, pero no me presta demasiada atención. No soy quien más le interesa de aquí. De soslayo, lanzo un vistazo a mi compañero. Veo sus puños apretados. Casi percibo su rechinar de dientes. ¿Recuerdas cuando se lanzó contra aquellos matones, en el callejón, el día que lo conocimos? Parece que hace una eternidad de eso, ¿verdad? Pero sigue poniendo la misma expresión cuando se enfada. Sólo que ya no es un niño.

—Así que esta es la temida tripulación del Angelique… No parece gran cosa.

Es la chispa que faltaba para terminar de prender la ira de mi compañero. Jared se lanza con rapidez sobre los barrotes, aferrándose a ellos, golpeándolos con su cuerpo. El rey, pese a la cercanía, no se mueve, aunque los guardias desenvainan y el príncipe da un paso atrás.

—Es fácil decirlo cuando estás tras esta puerta, capullo. También es cobarde.

(…)

—¿Crees que sus cabezas serán un buen regalo para el rey de Dione? ¿Cuántos barcos de su flota habrán atacado? Quizás entregarles el Angelique como regalo de bodas sería adecuado…

Aunque el rey no aparta la mirada de Jared, es obvio que no habla con él. Mi mirada vuelve al muchacho que aguarda, callado y observador, tras su padre. Cuadra los hombros, al sentir que se dirigen a él, y alza la barbilla.

—Un barco pirata no parece el regalo más adecuado para una princesa de Marabilia. Pero está exquisitamente labrado; he oído que las criaturas que lo adornan fueron atrapadas en la madera por un nigromante.

—Cuentos para asustar a sus enemigos. Por desgracia para ellos, en Dahes no nos amedrentamos con rumores de vieja.

Y hasta aquí los personajes. Al menos, los que os podemos mostrar… 😉

Como siempre, esperamos vuestras reacciones y comentarios en el hashtag #LadronesDeLibertad. Ya hemos entrado en agosto, así que literalmente el mes que viene estará en vuestras manos. Solo quedan 49 días…

¡La próxima semana, más!

¡Besos!