El dragón y el unicornio, El orgullo del dragón, Relatos

Texto académico: Gineyka

Ya os hemos contado muchas cosas sobre Viria y Gineyka, de forma directa o indirecta, pero todavía no sabéis demasiado sobre sus ritos. Por eso cuando nuestro equipo de investigación ha descubierto este documento hablando sobre la ceremonia de la Gaiaskide, no hemos podido evitar informaros al respecto…

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Fragmento de La sangre de Gaia: un análisis de las ceremonias gineykanas (3684) por Igarne Urzúa.

Poco sabemos sobre los orígenes de la Gaiaskide, una ceremonia que Iturralde (3563, pp. 87-99) asegura que apenas ha sufrido cambios en los últimos 2000 años. (…)

La etimología del término, sin embargo, está clara: el concepto deriva del antiguo vocablo «Gaieskidu», que se traduciría a día de hoy como «la amante de Gaia» o «la pareja de Gaia», dependiendo de a qué experta consultemos (Basualdo 3555, p. 6).

De acuerdo con estos antecedentes, Arismendi explicó la teoría más extendida que existe sobre los posibles orígenes de la ceremonia actual en su monográfico Amantes de la diosa: mujeres consagradas al culto, que pese a haber sido publicado en 3406 sigue siendo una obra clave en las estanterías de sociólogas y teólogas por igual. Arismendi sostiene, con su hipótesis, que el rito tenga sus orígenes en una ceremonia religiosa que consagraba el amor de una mujer por Gaia misma, a la que se ofrecía a servir como parte de una desaparecida orden religiosa. La kide se comprometía a no amar a otra mujer y daba su lealtad, jurando que nunca tendría hijas ni adoptaría a hombre alguno. Esta teoría, que fue contestada fervientemente a principios del siglo XXXV, goza de especial credibilidad en estos momentos, amparada por el descubrimiento, en el año 3469, de una serie de mosaicos en los jardines del templo abandonado de Saindu que parecían representar la ceremonia tal y como la conocemos pero con una sola mujer siendo unida, no a otra mujer, sino a una estatua de Gaia.

De acuerdo con las teorías de Iturralde, alrededor del año 1000 podría haberse dado una conversión progresiva de la ceremonia, azuzada por el propio clero, que vio un preocupante descenso de nacimientos durante una época de fervor religioso. (…) Estas hipótesis llevarían a la conclusión de que la conversión de la Gaiaskide en un lazo irrompible entre amantes habría sido apoyado por las instituciones religiosas y judiciales, que la habrían visto no solo como otro servicio a Gaia, sino como una manera de honrar sus enseñanzas a la vez que se consagraba la familia como unidad social.

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