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Títeres de la magia: Clarence

¡Muy buenas a todos una semana más! Hoy, como os prometimos cuando os presentamos a Hazan, os traemos nuevos avances de Títeres de la magia. Con todos vosotros, Clarence, coprotagonista de la historia:

Clarence, by Lehanan Aida
Clarence, by Lehanan Aida

Nombre: Clarence

Edad: 20 años

Ocupación: Nigromante. Estudia para ser Maestro.

Intereses: Los dulces, la magia y ayudar a la gente.

Su historia:

La familia de Clarence siempre ha sido la dueña de la Torre de Nigromancia de Idyll. Durante toda su vida, a él le han enseñado que algún día heredará ese lugar, con todas sus responsabilidades, como hicieron sus padres antes de morir y ahora hacen sus tíos, Archibald y Anthea, hasta que él se convierta en Maestro y por tanto esté preparado para ocupar el puesto de Director. Clarence nunca se ha quejado de su destino, igual que nunca ha salido de la Torre. El mundo más allá de los muros de piedra negra no existe para él más que en libros que ha tenido que estudiar. Nunca le ha importado. En su Torre está bien, en su Torre está su lugar, y desde ella puede ayudar a los desesperado que llegan pidiendo auxilio a los nigromantes como él.

Sin embargo, cuando la noticia de unos venenos que nadie consigue erradicar llegue a la Torre, quizá tenga que abandonar su hogar por primera vez en toda su vida. Y quizá descubra que no sabe tanto del mundo como él creía.

Así empieza su primer capítulo:

—¿Cuánto tiempo vas a martirizar al pobre chico hasta que te atrevas a declararte?

Hay cosas a las que uno nunca se acostumbra. Por ejemplo, al sabor de algunas pociones medicinales: no importa cuántas veces te las hayas tenido que tomar, pondrás siempre la misma cara de asco y paladearás con el mismo disgusto. Los comentarios de Ari son igual que esas pociones: aunque buscan ayudarte, no dejan de ser desagradables. Da igual que lleve haciéndolos desde que tengo uso de razón: pase el tiempo que pase, su brusquedad siempre conseguirá cogerme desprevenido.

Sobre todo cuando se trata de hacerme avergonzar.

—No te cansas, ¿verdad? —farfullo. Como si fuera la primera vez que se burla de mí por lo que pueda sentir por Hazan. Como si no lo hiciera todas las semanas al menos tres veces. Puede que también se parezca en eso a las medicinas: los comentarios de mi mejor amiga vienen siempre en dosis específicas y regulares.

—Tú tampoco te cansas de hacer el ridículo y yo no te digo nada —responde, con expresión inocente. Cuando la observo con incredulidad, parece pensárselo—. Bueno, de acuerdo, sí te lo digo. Pero forma parte de una serie de derechos que tengo como la mujer más importante de toda tu vida.

Dejo los ojos en blanco ante su tono de idealismo. Realmente es la mujer más importante de mi vida, junto con Anthea, solo que no tiene nada de romántico, aunque en el pasado tuviésemos algo parecido a la relación más estúpida y fallida de la Historia. Aunque a Ari le gusta recordarme tonterías como que mi primer beso se lo llevó ella o que fue mi primer “amor” antes de La Revelación, como llama al momento en que descubrí que me gustaban los hombres, la verdadera razón por la que tiene más derechos que nadie sobre mí, y por la que es la mujer más importante de mi vida, es simplemente porque la siento casi como una hermana. La única persona que siempre ha estado a mi lado, desde que teníamos tres años.

Nadie sabe sobre mí más que ella, igual que nadie sabe sobre ella más que yo. A nadie más le permitiría hablarme así.

—Nadie se va a declarar a Hazan. Al menos, no yo —le recuerdo, como si no se lo hubiera dicho ya mil veces—. Y si ves que otra persona lo hace, me avisas: al menos, la evaluaré. Literalmente. Le pondré un examen sorpresa, a ver si es suficiente.

Entramos en la Torre en ese momento, y yo me obligo a bajar la voz. El vestíbulo, como siempre, está sumido en un silencio delicado, roto solo por el pasear de algunos estudiantes que hablan en susurros. A veces no puedo evitar pensar que este no parece un lugar en el que estudia un puñado de gente joven y activa, sino un templo o algún otro espacio de culto, donde el silencio es un bien demasiado preciado. Después de toda mi vida estoy acostumbrado y lo aprecio; el ruido me molesta y, de todos modos, todos los que estamos aquí vivimos para el estudio de la magia: necesitamos de una permanente concentración. Sé que este silencio nos hace parecer un poco lúgubres a ojos de los visitantes, pero para mí solo es una muestra más de nuestra implicación.

—¿Sigues negándote a actuar, entonces?

—Del mismo modo que me negaba ayer, Ariadne.

Ella se lleva una mano al pecho con falsa indignación cuando la llamo por su nombre completo: sabe que solo lo hago cuando amenaza con rebasar mi paciencia o cuando estoy verdaderamente enfadado.

—¿Así que tu plan es admirar a tu joven aprendiz, pongamos… para siempre?

Frunzo el ceño, mirándola de reojo. Lanzo un vistazo alrededor, aunque hablamos demasiado bajo como para que cualquiera pueda escucharnos. Pero estamos en la Torre. Y en la Torre, hasta las puertas pueden oír. Literalmente. Aún recuerdo cuando Mercy y Marty, las aldabas guardianas del portal, nos escucharon planear cómo le cambiaríamos el color de todos los peluquines del Maestro de herbología por tonos pastel, y se lo chivaron a Archibald y Anthea. Estuvimos castigados una luna entera y tuvimos que limpiar hasta la última gárgola de la Torre. Sin magia, por supuesto.

—Mi plan es que Hazan pueda seguir mirando a la cara a su tutor y amigo. Sé que a ti no te incomodan las declaraciones porque tu grandísimo ego las colecciona, pero creo que mi “joven aprendiz” es diferente. Los dos sabemos que se moriría de vergüenza, y la situación se volvería incómoda. Las cosas están bien como están.

¡Hasta aquí por esta semana! Dentro de dos, de nuevo, un nuevo personaje, aunque ya la habéis conocido hoy: Ariadne 😉

¡Esperamos que os haya gustado! Como siempre, esperamos vuestros comentarios en la web o en redes sociales mediante el hashtag #TíteresDeLaMagia.

¡Un beso enorme a todos!

3 comentarios en “Títeres de la magia: Clarence”

  1. Me encanta, me encanta, me encanta.

    Admiro la forma como escribís los textos, de momento solo tengo cuentos de la luna llena pero espero poder acabarlo y leer sueños de piedra antes de que lo saquéis *soy un lector algo lento* u.u

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