Opiniones

Opinión: El trato con el lector

¡Hola, cuentistas! Hoy vengo un poco reflexiva. Últimamente, desde que Selene y yo sacamos al mercado Alianzas, hay algo que me sorprende. Bueno, en realidad hay muchas cosas que me sorprenden, y la mayoría de ellas maravillosas, pero hay una en particular a la que no termino de acostumbrarme: la reacción de los lectores. Pero no, no me refiero a la reacción de los lectores con respecto a la obra,  sino a la reacción de los lectores… con nosotras mismas. 

De las cosas que más nos han comentado en entrevistas o redes sociales, de lo que más se ha remarcado, es que tenemos un trato cercano con el lector, con vosotros. Es cierto, lo tenemos. Pero en muchos casos esto provoca en algunos un estado de impresión, incredulidad o, incluso, agradecimiento. AGRADECIMIENTO. Y yo siempre me pregunto: agradecimiento, exactamente, ¿por qué? Impresión, ¿por qué? Incredulidad, ¿por qué? 

He llegado a una conclusión al respecto: es por falta de costumbre, y oh, ¿soy la única que piensa que esto no debería ser así?

Vayamos por partes.

Para que yo me esté planteando esto tenemos que partir de lo que yo creo que es una obra. Del estilo que sea. Literaria, artística, visual, etcétera. No importa. A partir de ahora, para ampliar el término, usaré la palabra «creación». Cuando un creador (odio la palabra artista) crea algo, evidentemente esa creación está hecha y tiene dos opciones: o lanzarla al mundo para que otros puedan verla o quedársela para sí mismo. En el caso segundo, ¡estupendo! Ha creado para sí y ha decidido que quiere que esa creación sea solo suya. Ningún problema. Ahora bien, en el primer caso, hay que darle una calurosa bienvenida al mundo del público: su creación, amigos míos, va a pasar a pertenecer un poco a cada persona que la consuma. 

A partir de aquí empieza una discusión típica (tan típica que lleva siendo objeto de estudio en teoría literaria siglos): ¿qué da sentido a una creación? ¿El creador, desde el principio, y ese sentido es completamente inamovible? Yo, que siempre he sido un poco recepcionista (de creer en las teorías de la recepción, no de trabajar en una recepción, ¿eh?), pienso que no. Pienso que la obra está incompleta hasta que alguien la llena de sus propias interpretaciones. Una misma novela puede tener mil sentidos diferentes dependiendo de la persona que la lea. Una misma pintura puede verse de maneras completamente distintas según los ojos que la observen.

Así pues, volvamos al tema del principio: el lector. Para ser más genéricos, si lo preferís, el receptor. Y recopilemos:

Tienes una obra > La lanzas al público > El público la consume > El público le da sentido. 

¿Se ve por dónde voy?

Efectivamente: las creaciones os necesitan. Necesitan un receptor. Necesitan de alguien que las consuma. Necesita de alguien que las lea, observe, escuche, etcétera. Necesitan llegar a un lugar. Necesitan reconvertirse. Necesitan ser todo lo que puedan llegar a ser. 

Así pues, por asociación, si nuestras creaciones os necesitan, los creadores también os necesitamos. No solo para completar nuestra obra en cuanto a sentido, sino para mejorarla. En muchos casos, la persona que consume una obra no es consciente de lo que ayuda su feedback: evidentemente, hay cosas que se sujetan al gusto subjetivo y personal de cada consumidor (y eso es estupendo y se resume en lo que comentaba antes de los mil sentido diferentes), pero hay detalles generales, objetivos, que pueden remarcarse y ser solventados en futuras ocasiones. Cosas que los creadores no ven bien por estar demasiado acostumbrados a su obra o bien por otras tropecientas razones. Pero cuando muchas personas están diciendo: «esto está bien y esto está mal», y coinciden todos en ello, es ENTONCES cuando hay hechos. O casi hechos. El creador puede decidir usar vuestro feedback o no (yo lo tengo claro: sí),  pero la realidad es que estáis quitando una venda, estáis ayudando incluso sin saberlo.

Pero no solo eso. Voy a a volver a hablar en particular de la literatura, que para eso es a lo que me dedico, y así servirá de ejemplo, pero quiero que sigáis extrapolando este caso a cualquier otro producto artístico.

Cuando alguien lee un libro, no solo lo llena de un sentido un propio. Lo hace real. Vale, sí, ya sé que esta frase debería ser más literal de lo que es y todos tener Narnia en nuestro armario o haber estudiado en Hogwarts por muchos años. Pero de alguna manera, es cierto. Cuando alguien lee un libro, cree en él, le da forma, lo acerca a la realidad. Cuando alguien lee un libro, hay magia. Puede que no sea la magia que se convoca con grandes hechizos o por ser elegidos de los dioses, pero es una magia incluso más bonita. Más palpable. Porque estáis dejando que os engañen. Estáis permitiendo que os lleven a otro lado. Estáis conociendo a personas que de otro modo no podríais conocer. Estáis viajando sin salir de vuestra casa. 

Estáis soñando.

Y todo eso, lo hacéis con lo que, en nuestro caso, escribimos.

Decidme entonces: ¿en qué absurdo plano terrenal o extraterreste, no somos nosotras las que debemos de daros las gracias? 

Hay quien nos ha dicho (no sin sorpresa por nuestra parte) que nuestro trato con el lector era una postura comercial muy inteligente. Una-postura-comercial. No sois una postura comercial. Esto no va de a ver quién se convierte en el empleado del mes por llevarse a más clientes con el mejor trato. No somos vendedoras, de vender ya se encargarán los que se tengan que encargar. Nosotras escribimos. Escribimos, y somos agradecidas. Creemos que es justo responder y dedicar nuestro tiempo a las personas que gastan el suyo con nosotras (y ya no solo su tiempo, sino su dinero). ¿Qué cuesta responder a un tweet o una publicación de Facebook? ¿Qué cuesta saludar o firmar libros (o marcapáginas, o papeles, o lo que sea)? Los lectores sois quienes estáis constantemente dándonos apoyo, creyendo en nosotras, creyendo en lo que hacemos. Sin vosotros seguiríamos escribiendo (llevamos demasiado tiempo haciéndolo, y no siempre ha habido al otro lado quien nos ha leído), pero vosotros hacéis de esta aventura que es escribir algo aún mejor. Como decía antes, vosotros le dais un nuevo sentido. 

Quiero que os vayáis de esta entrada con un mensaje: lo merecéis. Merecéis las respuestas de cualquier autor, artista, cantante, youtuber, lo que sea. No tenéis que dar las gracias por ello, porque es lo que es justo. No tenéis que sorprenderos. Me gustaría, al menos, que no fuese tan sorprendente. Los creadores no somos más que personas idénticas a vosotros que tienen que estar muy agradecidos de que les dediquéis vuestro tiempo, de que en un mundo en el que las obras y los productos están por todos lados, elijáis el nuestro.

Evidentemente, no todos los autores a los que leáis os va a responder, pero quiero pensar que en la mayoría de los casos será por falta de tiempo. Pensadlo: J. K. Rowling no puede responder a los millones de seguidores que tiene, pero incluso ella hace apuesta cosas con sus lectores por Twitter. ¿Por qué? Porque es lo justo. Porque os lo merecéis. Porque sin vosotros, las obras no son nada.

Así que una vez más, gracias, lectores.

¡Nos vemos en la siguiente entrada!

9 comentarios en “Opinión: El trato con el lector”

  1. Muy interesante. De todos modos, yo siempre encuentro que, en lo que conversaciones se refiere, solemos irnos a los extremos: o bien el autor es el único con autoridad para interpretar su obra, o bien el autor no importa y el lector siempre tiene razón. En mi carrera (estudié guión de cine) dominaba la segunda línea de pensamiento y uno se encontraba con un total desprecio por la intención del autor, que desembocaba en verdaderas memeces (ejemplo: Matrix como metáfora del patriarcado y la anulación/destrucción de la mujer, ignorando la condición transgénero de una de las autoras) que no iban más allá del propio ego.

    Hacen falta conversaciones de igual a igual, y el ego de unos y otros suele impedirlo.

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    1. Lo que tú comentas es lo que suele llamarse «la muerte del autor». Es cierto que existe y, francamente, a mí no me parece mal. Básicamente por una cosa: creo que es deber del autor, si quiere dar un mensaje muy claro, insuflar su obra del mismo, de tal modo que ese mensaje pueda ser identificable y evidente. Hay sentidos de una obra que nunca se eliminan del todo porque están muy claros. Por ejemplo, de todos los mensajes e interpretaciones de ESDLA, todos estaremos de acuerdo en que la búsqueda de la paz es uno de ellos, ¿no? Evidentemente, ese sentido se refuerza cuando descubrimos la vida de Tolkien y su participación en la guerra, así como que era un tío pacifista hasta la médula. El mensaje está ahí, conozcamos o no al autor.

      También pasa otra cosa, y es que a la hora de estudiar una obra, si queremos llegar al sentido propio de la misma, buscar el del autor, tenemos que tener en cuenta biografía, un contexto social, temporal… Etcétera. Y la verdad, eso ya es un estudio de análisis que anula la experiencia lectora primaria, ¿no crees? Yo no busco información de todos los libros que leo (principalmente porque me volvería loca), así que la interpretación que perdura es la que yo, como lector, en el momento inmediato de la lectura, le doy.

      ¡Muchas gracias por tu comentario! ❤

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      1. La muerte del autor es un concepto fallido desde su misma raíz (o no, porque se creó para alimentar el ego de los críticos). Uno no puede juzgar el mensaje sin conocer el contexto de su emisor. Es retórica básica. Sin entender de qué pie cojea un autor no se puede juzgar, por ejemplo, la ironía.

        Es una idea netamente egoísta que rechaza cualquier conversación y que de todos modos está más trasnochada ya que Charles Barkley (creo que cuenta ya como ranciofact). Ahora la crítica se hace de otra manera. A la manera de David Foster Wallace. Como debe ser.

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  2. Pero en ese caso tú ya hablas de CRÍTICA, que es algo muy diferente a la experiencia lectora 🙂 Yo creo que en ningún momento hablo de críticos en el artículo, hablo de lectores. Evidentemente hay un «sentido inicial» que es el que da el autor, y si se quiere hacer una crítica completa, como comentaba antes, hay que analizar la obra desde todos sus contextos.

    Pero el lector sin más no lo va a hacer. El lector va a convertir la obra en suya a la hora de leerla, y sacará de ella los mensajes más claros y los que no lo estén los interpretará a su modo. Y a mí eso me parece interesantísimo y positivo, de hecho. A eso me refiero 😛

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    1. Es verdad, Disculpa, tengo cierto trauma con los críticos creídos y con los perritos de las praderas.

      La obra no tiene sentido sin el receptor, eso está claro.

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  3. Adoro tu personalidad Iria y tambien la de Selene 🙂
    Yo siempre he pensado que aunque algunos creadores no pueden responder todo, otros si y no lo hacen por… ¿ego? Me refiero, sabes que algunas personas no son aun tan famosas, por lo que no deben recibir 200 mensajes al día y nada les cuesta responder una pregunta. Por ejemplo, una vez le pregunte a un escritor (no diré nombres) por facebook, que si su libro se conseguía en latinoamerica y el post solo tenia 2 comentarios ademas del mio. Espere, jamas me respondió y me dio algo de enojo, porque bueno, estaba interesada en comprar su libro y no le costaba nada hacerlo 😒

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  4. Ah, la asignatura Teoría de la literatura y las teorías de la estética de la recepción… Roland Barthes y la muerte del autor… Recuerdo bastante bien cómo nos explicaba el profesor que nos daba esa parte de la asignatura (siglo XX) la recepción de las obras y su estudio. Eran una locura de clases 😀

    Volviendo al tema de la entrada y dejando aparte experiencias del que fue mi primer año de facultad, estoy bastante de acuerdo con lo que dices. Los lectores le damos vida a la obra, y la interpretamos muchas veces como nos viene, porque un mismo hecho, frase, palabra, o lo que sea, puede ser visto de maneras distintas (ese mismo profesor, el de Teoría de la literatura, lo dejó claro, y ahora en 2º lo he podido comprobar bastante). La verdad es que el mundo literario ha cambiado bastante respecto a la comunicación entre autores-lectores, y creo que, en efecto, los autores deben su fama a los lectores, así que un mínimo de respeto sí que nos merecemos. Como decís más arriba, en casos como autores internacionalmente conocidos no es humanamente posible responder a todos los fans con dudas, consultas, etc. pero por lo menos que muestren respeto hacia los lectores, que sean sinceros con ellos, porque si lo son por estrategia comercial, como decís más arriba, se acabará notando más tarde o más pronto, ¿no crees?

    En conclusión, una entrada interesante.

    Saludos! 🙂

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  5. Cuanto más leo este blog, más adorables me parecéis. ❤ Mi estupenda amiga Marta (también conocida como Ireth) me ha regalado Alianzas y estoy deseando leerlo. Da gusto ver cómo dos jóvenes escritoras triunfan, y más aún si lo hacen con vuestra actitud. ¡Un abrazo! 🙂

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