Libros, Sueños de piedra

Sueños de piedra: Presentando a… Arthmael de Silfos

Muchos ya lo sabéis, pero para los que no, ¡vamos a publicar un nuevo libro! *Inserten aquí clamores de alegría y jolgorio* En septiembre, de la mano de Nocturna Ediciones, verá la luz una historia autoconclusiva titulada Sueños de piedrauna novela de unas 150.000 palabras que transcurre en el mismo mundo que «Cuentos de la luna llena», aunque no comparte los mismos países, porque la acción se desarrolla en un continente diferente y muy alejado del que aparece en la trilogía. En esta ocasión conoceremos Marabilia, una tierra llena de leyendas y seres misteriosos, que se divide a su vez en siete reinos diferenciados: Silfos, Idyll, Verve, Dione, Dahes, Granth y Rydia.

Aunque la novela no saldrá hasta principios de septiembre, queremos ir mostrándoos un poco de este nuevo proyecto, y para ello cada dos semanas a partir de hoy y hasta que el libro salga, iremos desvelando algunas de las claves de la historia. Durante los primeros días vamos a desvelaros los personajes protagonistas de Sueños de piedra, contando para ello con la ayuda de Marta Montell, una excelente ilustradora que les pondrá rostro y apariencia. Hoy, sin ir más lejos, queremos presentaros al primer personaje de este nuevo libro… Con todos vosotros, Arthmael de Silfos:

Ilustración de Marta Montell
Ilustración de Marta Montell

Nombre: Arthmael de Silfos.

Edad: 19 años.

Ocupación: Príncipe de Silfos

Intereses: Alcohol, mujeres y su preciada y futura corona.

Su historia: 

Cualquiera que haya estado en Marabilia te dirá que es la tierra de las oportunidades: tienes la oportunidad de contagiarte de alguna dolorosa enfermedad, de encontrarte con alguna criatura que te devore vivo y, por supuesto, la oportunidad de morirte de hambre. A menos, claro, que nazcas en la cuna adecuada, normalmente alta, llena de mullidos almohadones y engalanada de oro.

Arthmael de Silfos tuvo la mejor cuna de todas: no en vano es un príncipe. Siendo el único en la línea sucesoria, no ha tenido que luchar ni por una posición ni ganarse un título o el respeto de su gente. Como si le interesasen esas cosas, de todos modos: lo único que ha hecho siempre es limitarse a disfrutar del lugar que le pertenece por nacimiento y labrarse mucho amor propio. Sus días pasan en palacio; sus noches, en las tabernas de Duan, capital de Silfos. Sin embargo, parece que las cosas están a punto de torcerse en sus planes de gloria, reinado y fama asegurados: un nuevo heredero ha aparecido, y Arthmael tendrá que hacer algo si quiere conservar el puesto que siempre le ha pertenecido.

Así comienza su primer capítulo: 

—A ver si me queda claro: ¿le vais a dar mi corona a un bastardo?

Un silencio incómodo se hace en la biblioteca mientras aparto mi incrédula mirada de mi padre y la paso al hombre que está junto a él, al otro lado de la mesa. No tiene nuestro pelo negro, pero sí los ojos grises que hemos compartido durante generaciones. Es alto, más alto que yo, pero es obvio que no tiene el porte de un príncipe. ¿De un noble? Quizá. Pero sigue sin llegarme a la suela de las botas, por mucho que se envuelva en las mejores prendas y me mire desde arriba.

Pero mi padre pretende cederle el trono. Mi trono.

El reino que me pertenece por derecho desde que vine al mundo.

El rey también parece mirar al hombre de reojo, antes de volver su atención a mí, con aire cansado. Imagino que es el día perfecto para que se arrepienta de algún desliz de hace más de veinte años. Una noche con la mujer equivocada, en el lecho equivocado; una carga para toda la vida.

—Está decidido, Arthmael —me repite, como si no me hubiera dicho eso mismo hace un minuto—. Él también es mi hijo, y es mayor que tú. —Parece ser que soy el único que comprende la diferencia entre los derechos de los hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio—. Te he criado para que seas el digno heredero que este país necesita, pero el puesto de Jacques es… legítimo. Hay pruebas de que soy su padre, y es noble y todos lo respetan. Además, tiene conocimientos de sobra para ocupar el lugar que ha venido a reclamar.

¿Reclamar? Probablemente lo ha exigido, amenazando a mi padre con alguna clase de escándalo. Pero ¿realmente tiene que ser así? Muchos hombres cometen deslices en su juventud. Incluso los reyes. La solución es darles a los bastardos un puesto de presunto poder, a ser posible lo suficientemente lejos de la capital para que no puedan molestar. En ningún caso se debería permitir que se sienten en tu regazo y se prueben tu corona.

Mi corona.

Y de todas formas, ¿qué clase de nombre es Jacques para un rey?

—–

¿Qué os parece nuestro nuevo príncipe? Desde luego no es azul, ni encantador… pero nosotras le queremos, y esperamos que vosotros también lo hagáis pronto 🙂 Decídnos qué os ha parecido o qué esperáis de esta nueva historia en los comentarios o en el hashtag #SueñosDePiedra. ¡Nos encanta conocer vuestras impresiones! Dentro de dos semanas, un nuevo personaje 😉

¡Hasta la siguiente entrada!

7 comentarios en “Sueños de piedra: Presentando a… Arthmael de Silfos”

  1. Nada más ver la ilustración me imaginé que era un personaje aficionado a la cerveza y mujeriego, y es que con esa cara, esa pose y esa mirada no podía ser otra cosa. La ilustración está muy lograda, y por el texto se nota también que es un tipo egoísta y déspota, que solo piensa en sí mismo y en su futura corona, pero no en el pueblo. Presiento que la va a liar mucho. Para mí lo mejor de la entrada, sin duda alguna, es la primera frase de «su historia».Esa primera frase tan irónica me ha gustado mucho 😀

    Saludos!

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